Desde bien pequeño descubrí en la lectura una de las mayores pasiones de mi vida. Leer a Julio Verne, Isaac Asimov, J.R. Tolkien… hizo que llegara a la adolescencia con un gran interés por comprender mejor el complejo mundo que me rodeaba, los avances científicos, la historia, las distintas filosofías de vida, el mundo de los negocios, etc.
Me gustaría mencionar que provengo de una familia muy humilde, que llegamos a necesitar ayuda de Cáritas en alguna ocasión, que en mi infancia vestí más ropa de mis primos que mía propia, que mis padres no terminaron sus estudios primarios y que jamás he escuchado una sola palabra de inversiones o economía en casa. No se interprete esto como un intento de añadirme mérito alguno, tan sólo quisiera incidir en que no es necesario haber recibido una gran educación financiera ni contar con unos altos ingresos de partida para desarrollar el interés por el mundo empresarial, las finanzas e inversiones. Más importante resultarán tu motivación, las continuas ganas de aprender o encontrar modelos que te sirvan de referentes o de sostén en los altibajos del camino.
Echando la vista atrás podría dividir mi recorrido como inversor hasta la fecha en varias etapas diferenciadas aún sabiendo que el camino es un continuo por el que no se avanza la mayor parte del tiempo de forma lineal.

ÉPOCA UNIVERSITARIA
Podría decirse que fui un pionero de la economía colaborativa ya que lo que ganaba por la mañana vendiendo acciones se lo devolvía por las noches a la economía local de los bares de tapas de Granada, a Heineken, a Diageo o AB Inbev.
Comencé a invertir en bolsa a los 18 años uno meses después de empezar a estudiar la licenciatura en Matemáticas. Tuvo que ser algún día entre cervezas y póquer, cuando con mi compañero Ramón comenzamos a comentar el fabuloso mundo de la bolsa donde  por aquellos años ganar dinero parecía más fácil que tirar faroles en el póquer. Leyendo cuatro artículos de expansión y mirando el baile de numeritos verdes y rojos en el teletexto decidimos emular a  Warren Buffett (por aquel entonces posiblemente conocería de forma muy superficial la figura de Buffett de alguna lectura en prensa económica pero mira por donde, no se me ocurrió leer su cartas anuales o indagar sobre su filosofía inversora).
Con aquellas mimbres, ¿adivináis cual fue mi primera y gloriosa compra? Que Internet era el futuro lo sabíamos por aquel entonces todos los que no eramos viejunos y ¿que podría resultar mejor inversión que esa ‘magnifica’ empresa llamada TERRA? Mi método de inversión lo validaría el mismísimo Peter Lynch,  pensar en lo que me era conocido, mirar a mi alrededor y ver que estaba de moda.
Mi operativa en esa época era muy básica, cuando juntaba 500-600€ trabajando como camarero los fines de semana compraba lo que me decía mi intuición, lo que leía en la prensa…y cuando sacaba un 25-30% vendía para financiarme las fotocopias, la gasolina y las salidas. En mi descargo he de decir que la situación económica familiar no era precisamente buena por lo que hacer caja era mas bien una necesidad que una visión cortoplacista como inversor.
Esta fue una época de muchos pequeños aciertos, pues vendía en cuanto tenia un 25-30% de ganancia en la mayoría de los casos, y pocos pero grandes errores como comprar Terra o tener valores como Inditex o  Amadeus a precios de ganga y venderlas con una reducida ganancia.
En esta etapa aprendí lo que era una burbuja y empecé a intuir que cortando los beneficios y dejando correr las perdidas no estaba haciendo un gran negocio.

COMERME EL MUNDO
A los pocos meses de terminar la carrera comencé a trabajar como programador informático en Coritel, y me independicé lo que supuso aumentar mis ingresos pero casi a la par mis gastos. Durante estos años me alejé un poco de los mercados y me lancé a disfrutar de las posibilidades de una nómina al final de mes. Viajar es una de mis grandes pasiones ( diría que mi gran pasión es el aprendizaje) y estos fueron unos años dorados en ese campo: París, Tanger, Holanda, Edimburgo, Turquía, Islas Griegas…Callejeros viajeros y las charlas de barra de bar con los amigos me atraían tanto o mas que seguir las cotizaciones en el teletexto y leer la prensa salmón.
Quizá precisamente por ese menor interés por seguir atentamente los mercados en estos años mi estilo se acercó mas al Buy & Hold reduciendo el numero de operaciones anuales y concentrando la cartera en 5-6 valores core y 2-3 para mayor rotación.
Aunque no cerré ni una sola  operación en perdidas en esa época hoy veo que la selección de valores fue por decirlo suavemente manifiestamente mejorable.
En aquellos años  TEF, REP, SAN y Mediaset conformaban el núcleo buy & hold de mi cartera, por aquello de no querer vender en perdidas, mientras que en la parte de mayor rotación excelentes empresas como Amadeus, Inditex, Ebro Foods…y otras no tan excelentes como OHL o Fadesa desfilaron por la cartera saliendo con beneficios del 25, 30 o 40% a lo sumo.
A finales de 2009 y después de varios años viviendo de alquiler, mi pareja y yo decidimos comprarnos una vivienda. A día de hoy sigo teniendo mis dudas de si fue una decisión acertada. Al menos compramos un piso pequeño acorde a nuestras necesidades sin necesidad de endeudarnos para su pago.
Teniendo en cuenta la formación con la que contaba por aquel entonces quizá asignar el capital a la compra de una vivienda y quedarme sin liquidez me fue mas beneficioso que haber invertido ese dinero en bolsa sin una estrategia consistente.

MADUREZ ??( 30- …. )
No sé si fue por la crisis de los 30 (si es que existe eso 🙂 ) o por la del ladrillo y el sistema financiero por lo que durante unos años me aleje en cierta medida de los mercados (en el que lamentablemente hubiera sido uno de los mejores momentos para comprar) y entré en una fase ‘espiritual’ de desarrollo personal y profesional en la que me interesé por el budismo, las filosofías orientales, la psicología y los grandes clásicos en general. Jose Luis Sampedro, las lecturas de lamas budistas y filosofía Zen, Séneca, Marco Aurelio, Victor Frankl, Tolstoi, Michel De Montaigne…fueron algunos de mis maestros en esta época.
Tampoco disponía de mucha liquidez tras la comprar del piso por lo que en los siguientes años apenas si realicé un par de operaciones anuales y de importes relativamente pequeños.
No fueron sin embargo años infructuosos ya que los modelos mentales adquiridos durante ese tiempo me han resultado de gran ayuda tanto a nivel personal como profesional e inversor en los años venideros.
En 2015 se producen dos de los acontecimientos que a buen seguro marcarán mi vida futura, el nacimiento de mi hijo  y la llegada por casualidad al blog de Dalamar y su interesante foro sobre libertad financiera Buscando la libertad (actualmente eliminado). El encuentro con el Value investing fue un descubrimiento para mí, un encaje de piezas,  como encontrar a alguien con quien pasados diez minutos te sientes como con tus amigos de toda la vida.
Desde entonces he seguido aprendiendo de forma autodidacta de la mano de Peter Lynch, Charlie Munger, Warren Buffett, Greenblatt, Paramés, Seth Klarman, Philip Fisher, Pat Dorsey, Ronert Vinall, Michael Maubousssin, Nassim Taleb, Daniel Kahneman… y a través de blogs y foros como Invertir en Valor, Finanzasmanía, Enorme piedra redonda, Cazadividendos, Mucho invertir, El farmaceutico activo, Mas Dividendos… que se asemejaban a mi filosofía de inversión naciente y revivieron aún si cabe con mayor pasión mi interés por el mundo empresarial y las finanzas en general.
Podría considerarse 2015 como el inicio de una nueva senda inversora (aunque conservaba una pequeña cartera en ING con mis remanentes del pasado TEF, REP y SAN  y contaba con los aprendizajes de los años anteriores) con la apertura de una cuenta en un broker con bajos costes operativos y acceso a mercados internacionales.

En próximos post seguiré relatando mi evolución como inversor hasta llegar a mi filosofía de inversión actual. Resultado de esta evolución es la composición actual de mi «holding cotizado» (Jvas ©) particular en el que combino fondos «value» de autor (AzValor, Cobas, Magallanes), algún ETF y fondo de inversión indexada con una cartera personal gestionada por mí con visión a largo plazo y mentalidad «de propietario» o empresarial.